jueves, 9 de octubre de 2008

Sesión 13. Constructivismo: construyendo nuevas formas de aprender

El constructivismo parte del aprendizaje por medio de la experimentación del sujeto y el entorno. Son las interacciones que establece cotidianamente con la realidad y los elementos que la conforman, que el sujeto va construyendo su propio conocimiento al cabo de sus experiencias previas.

Todo aprendizaje constructivo presupone una construcción que se realiza a través de un proceso mental que conlleva a la adquisición de un conocimiento nuevo. Pero en este proceso no es solo el nuevo conocimiento que se ha adquirido, sino, sobre la posibilidad de construirlo y adquirir una nueva competencia que le permitirá generalizar, es decir, aplicar lo ya conocido a una situación nueva.

La realidad en el paradigma constructivo, se entiende a partir de la concepción de Emmanuel Kant que afirma que la realidad no se encuentra fuera de quien la observa, sino que en cierto modo es construida por el aparato cognitivo de quien la percibe. En este sentido vale la pena la discusión por saber si la realidad es lo que perciben nuestros sentidos o bien, un proceso internalizado que plantea la realidad a partir del pensamiento razonado.
Vigotsky señala en su constructivismo social, que es el sujeto quien tiene una interpretación individual de la realidad, pero es a través de la mediación y el aprendizaje en colaboración con otros, que se puede generar distintas versiones de la realidad en la que se participa y por este proceso de mediación, puede alcanzarse un nivel más alto de verdad que haya sido probado socialmente.

Así pues, se pone en discusión si el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una construcción que el ser humano va produciendo día a día como resultado de la interacción que establece con el ambiente o entorno.

El Constructivismo en la educación es un paradigma psicopedagógico que se centra en los procesos de aprender, en donde importa que el alumno construya y reconstruya sus conocimientos a partir de nuevos datos que puede incorporar a conocimientos previos.

La finalidad del constructivismo en la educación es que el alumno no sólo sea un receptor pasivo de información, sino que la procese y la incorpore a los conocimientos que posee, estableciendo relaciones, ampliando y profundizando en el objeto de conocimiento, partiendo de diferentes situaciones de aprendizaje, donde el alumno pueda utilizar operaciones mentales consideradas de orden superior como por ejemplo seleccionar, sistematizar, inferir, deducir, investigar, juzgar y otras que le permitan formar estructuras cognitivas que lo hagan lograr aprendizajes significativos y así pueda construir sus propios aprendizajes, interactuando en situaciones concretas y significativas y estimula el “saber“, el “saber hacer” y el “saber ser“, es decir, lo conceptual, lo procedimental y lo actitudinal.

Así pues, el constructivismo permite establecer relaciones con lo aprendido y se fundamenta no sólo en la concepción filosófica del término, sino en las teorías cognoscitivistas de Jean Piaget y en el paradigma sociocultural de L. Vigotsky, en donde el aprendizaje está en función del entorno y la mediación o interacción con sus componentes.

El papel del profesor en el constructivismo no es sólo observar y determinar los procesos, sino más bien, orientar al alumno para que este vaya estableciendo relaciones entre lo que aprende con lo ya aprendido, de tal manera que él estudiante pueda plantearse una nueva perspectiva del fenómeno a conocer. El profesor debe orientar, facilitar, moderar y estimular el conocimiento por medio del aprendizaje razonado que el estudiante va elaborando por sí mismo.

En este sentido, el alumno en el constructivismo, es un sujeto activo, que requiere satisfacer sus propias necesidades de conocimiento y es en función de ello, que construye su propia interpretación de la realidad. Para que esto suceda, debe concebírsele como un agente autónomo, autogestivo, consciente de sus procesos de aprendizaje y de la necesidad de aplicar el conocimiento obtenido a su realidad concreta. No obstante las virtudes de este paradigma, el constructivismo implica modelos de enseñanza activos y maestros que dirijan adecuadamente estos procesos.

El constructivismo sitúa al aula en condiciones especiales como: un clima de mutua confianza entre docente y alumnos, un clima afectivo, armónico, ayudando a que los alumnos se vinculen positivamente con el conocimiento.

El Constructivismo se realiza a través de un proceso mental que conlleva a la adquisición de un conocimiento nuevo. Pero en este proceso no es solo el nuevo conocimiento que se ha adquirido, sino, sobre la posibilidad de construirlo y adquirir una nueva competencia que le permitirá generalizar, es decir, aplicar lo ya conocido a una situación nueva.

Lo que implica que el conocimiento humano no se recibe en forma pasiva ni del mundo ni de nadie, sino que es procesado y construido activamente, además la función cognoscitiva está al servicio de la vida, es una función adaptativa, y por lo tanto el conocimiento permite que la persona organice su mundo experiencial y vivencial.

Es un error grave que se estandarice al constructivismo como una metodología que pueda aplicarse a cualquier escenario escolar.

Publicado por: Berenice Elizalde, Itzel Marín y Norma Angélica Morales