viernes, 22 de agosto de 2008

Sesión 6. Paradigma Conductista en la Educación

El método sobre el que se funda el Conductismo, se basa en la introspección y la observación directa de la conducta, con la finalidad de caracterizarla, valorarla y fundamentarla científicamente. Algunos especialistas consideran que el conductismo es una teoría, una corriente psicológica o bien, un método de aprendizaje sustentada en el condicionamiento operante.

El conductismo encuentra su justificación en la complejidad de estudiar los procesos mentales y en los principios que condicionan los comportamientos humanos, considerando los diversos contextos y los refuerzos positivos que determinan la relación estímulo-respuesta, con la intención lograr los aprendizajes y que éstos se puedan “transferir” a situaciones nuevas.

Sin lugar a dudas, el paradigma conductista, nos impone el reto de confrontar su aplicación en los ambientes educativos actuales. Por ello, este equipo expone a continuación, las afinidades que comparte con este paradigma en su práctica docente.

Conductismo aplicado a la educación.

Desde el docente.

El docente en el conductismo, debe planear las contingencias de reforzamiento y control de estímulos para enseñar. Un docente eficaz debe manejar hábilmente los recursos tecnológicos-conductuales de este enfoque (principios, procedimientos y programas conductuales), para lograr niveles de eficiencia en su enseñanza y, sobre todo, éxito en el aprendizaje de sus alumnos.

El principio del reforzamiento positivo, es importante para lograr ambientes educativos armónicos y activos. El docente no sólo provee modelos a los alumnos, también les presenta un contexto estimulante en el que desarrollan predicciones y crean activamente expectativas que les servirán para situaciones futuras de aprendizaje.

El conductismo también sirve a la planeación estratégica y al establecimiento de los objetivos que marcan las pautas y orientan las metas del aprendizaje, así como el empleo de los recursos audiovisuales para estimularle.

Desde el alumno.

Este paradigma, vislumbra al alumno como sujeto que depende de las condiciones ambientales en las que se encuentre para obtener un mayor o menor aprendizaje y/o desempeño. Para lograr que este sujeto aprenda, es necesario un ambiente adecuado y una planeación de la situación instruccional meticulosa (los contenidos, las técnicas, los métodos, etc.). En este sentido, el conductismo condiciona el aprendizaje a la programación adecuada de los insumos educativos, para lograr las conductas académicas deseables.

Aunque se plantean más desacuerdos que acuerdos en el ejercicio docente bajo este método, es importante señalar que el conductismo parte de los conocimientos de entrada (previos), la retroalimentación y el reforzamiento positivo de la conducta.

Por fortuna, en la actualidad asumimos este paradigma con una actitud autocrítica que reorienta su práctica hacia el desarrollo de intervenciones que fomentan comportamientos verdaderamente académicos.

En la Enseñanza.

El conductismo visto desde este tópico, manifiesta la importancia de establecer las pautas para la enseñanza programada de acuerdo a las siguientes características:

  • Definición de los objetivos del programa.
  • Planeación estratégica
  • Condicionantes para la recepción de la información.
  • Individualización (avance de acuerdo a su propio ritmo)
  • Participación del estudiante (reforzamiento).
  • Registro de resultados y evaluación continúa

Todos estos tienen incidencia en el aprendiz y siguen vigentes.

En el Aprendizaje.

El alumno se vuelve receptor de los estímulos y condicionantes, provocados en un ambiente que el docente ha manipulado para proveerlos. Así pues, la conducta del alumno está controlada por el docente, con la intención de programarla y obtener una conducta final esperada.

En este sentido, cabe expresar que muchos de estos comportamientos surgen de los reforzamientos positivos en el entorno de aprendizaje y el escenario construido a partir de objetivos educativos.

Desde la Estrategia Didáctica.

Entre los aportes que hace la didáctica al paradigma conductista están:

  • La dosificación de contenido de enseñanza.
  • Conocimientos de entrada.
  • La retroalimentación inmediata.
  • El reforzamiento positivo.
  • Uso de audiovisuales.
  • El diseño instruccional.
  • La propuesta de un maestro-coordinador.
  • La operacionalización de los objetivos de aprendizaje

Aún con la implantación de nuevos paradigmas al escenario educativo, son éstas las bases que lo conforman.

Desde la Evaluación.

De acuerdo al conductismo, el énfasis de las evaluaciones se centran en los productos de aprendizaje y no en los procesos, es decir, lo que interesa saber es que ha conseguido el alumno al final de un ejercicio, una secuencia o un programa determinado, sin intentar buscar en sus procesos (cognitivos, afectivos, motrices, sociales, etc.) que intervinieron en su búsqueda por aprender.

Otra característica de la evaluación, al cabo de esta teoría, es que debe ser referida a criterios, dado que lo que se mide es el grado de ejecución de los conocimientos y habilidades en cuanto a los niveles absolutos de destreza.

No obstante, el conductismo parte también de los objetivos de aprendizaje y el cumplimiento de las metas para establecer sus parámetros de evaluación.

Como puede observarse, son muchos los matices de este paradigma que se centran en todos los componentes del sistema educativo y que, en cierta medida, ayudan a su organización, sin embargo, establece límites para una sociedad que se orienta hacia la autonomía y el libre aprendizaje.
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Publicado por: Berenice Elizalde, Itzel Marín y Norma Angélica Morales